Una grieta en el lecho provocó que el caudal se sumergiera en el subsuelo. Al río Atoyac, uno de los más importantes de Veracruz, se lo tragó la tierra. Los vecinos de la zona montañosa de Veracruz, en el sureste de México, vieron con asombro cómo el caudal del río Atoyac empezó a descender paulatinamente. Menos de 48 después el agua desapareció por completo. En el lecho del que es uno de los afluentes más caudalosos de la región central del estado sólo quedaron piedras, charcos y lodo.