Un estudio de ADN ha puesto de manifiesto que muchos individuos enterrados como vikingos tenían ascendencia de otras zonas geográficas, como el sur de Europa o incluso regiones de Asia. Por tanto, no sería raro encontrar vikingos de piel oscura, cabello castaño y ojos marrones, incluso vikingos de ascendencia no nórdica. La realidad era mucho más compleja, al menos genéticamente, como demuestra que el seis por ciento de la población del Reino Unido tenga ADN vikingo en sus genes no tan lejano del 10 por ciento de Suecia.