En los EEUU anteriores a la guerra, la violencia era un modo de vida. No habían leyes en la mayor parte del territorio. Los tramperos, los primeros (junto a los religiosos) que tuvieron que enfrentarse a un medio durísimo de vida y con frecuentes encontronazos armados, eran hábiles en cazar y derribar a cualquiera que amenazase su modo de vida. Nadie se planteaba siquiera un día a día sin las armas, por eso posaban orgullosos junto a sus rifles, pistolas o cuchillos.