En esta serie de artículos, me propongo investigar una serie de enfermedades, reales o no tanto, conocidas desde el Medioevo: las manías danzantes. No sólo la tarántula es de temer, también el escorpión podría morderle a uno y provocarle una extraña enfermedad, el tarantismo. Descrito por primera vez en el siglo XV, el tarantismo alcanzó la categoría de epidemia allá por el siglo XVII. La picadura de estos arácnidos provocaba, dicen las crónicas, ansiedad, fiebre, palpitaciones, sed, excitación extrema o letargo, impulsos sexuales incontrolados