Una investigación minuciosa, a cargo del equipo de Peter Girguis y Arpita Bose, de la Universidad Harvard, en Cambridge, Massachusetts, Estados Unidos, ha demostrado que la bacteria Rhodopseudomonas palustris puede utilizar la conductividad para extraer de manera natural los electrones de los minerales ubicados bajo capas de tierra o sedimentos, mientras permanece en la superficie, donde absorbe la luz del Sol necesaria para producir energía.