Un aceite de oliva virgen extra no caduca, en el sentido de que nunca va a perjudicar la salud del que lo tome, pero con el tiempo sí se produce una merma de sus cualidades organolépticas, es decir pierde su sabor y olor inicial, que lo caracterizan como virgen extra. Con el contacto con el oxígeno, el calor y la presencia de la luz, se pueden dar y se dan reacciones de oxidación sobre estos polifenoles, tocoferoles y también sobre el ácido oleico, que es antioxidante.