Hace 43 años Augusto Pinochet tomaba, fusta en mano, las riendas de Chile. El golpe de Estado contra Salvador Allende también quedó marcado a fuego en el fútbol. Por el repechaje rumbo a Alemania 74, la URSS se negó a jugar en un «estadio salpicado con la sangre de los patriotas chilenos». En una pantomima macabra, sin rival, La Roja ganó 1-0.