Permítanme, antes de entrar de lleno en el asunto, que muestre mi escepticismo natural cuando encuentro alguna de esas frecuentes noticias en la que se ofrece por fin una solución al problema de la alopecia. Uno lleva ya muchos años leyendo este tipo de anuncios y comprobando cómo pasa el tiempo sin que se hagan efectivos. Pero, evidentemente, para los que perdimos el pelo hace años, no cabe duda que leer este tipo de investigaciones y noticias hace que se nos ilumine una pequeña sonrisa en el rostro.