(...) Hace unos años yo era ilustradora en general; es verdad que, como en todo, éramos menos chicas, pero nunca sentí que mi trabajo fuera percibido distinto por tener mano femenina, y yo no producía nada deliberadamente desde mi condición de mujer. Y aquí pregunto, hombre: ¿te imaginas produciendo desde tu condición de varón? Aposta, quiero decir. ¿A que tú tampoco puedes? ¿A que te sientes universal y no peculiar? Yo también. Sin embargo, ahora resulta que soy ilustradora, pero muy acabado en “A”…