Pedro Cuartango ya era nostálgico de niño, y eso que los niños apenas tienen nada que añorar. Pedro Cuartango es nostálgico desde que tiene memoria, y porque tiene memoria. Nació en Miranda de Ebro, en 1955, en una familia católica y cohesionada. Fue feliz. Hundió los pies en la pequeña ciudad de provincias, bebió de la escuela, del río, de los partidos de fútbol, de las escapadas con los amigos.