Cada paso nos aleja más de la entrada. Una discreta grieta situada en el extremo noroeste del cordal de Budogia, una región pirenaica entre Navarra, Aragón y Bearn, esconde el único acceso a la Bu-56, también conocida como ‘Ilaminako ateak’ (las puertas de la Lamia, en euskera). Se trata de una gigantesca red de galerías, cañones, cascadas.