Escobar murió por un disparo de la Policía el 2 de diciembre de 1993. Su imperio se desmoronó y Hacienda Nápoles fue desmantelada. La Dirección Nacional de Estupefacientes decomisó todas sus propiedades, pero debió olvidarse de los hipopótamos, que siguieron reproduciéndose hasta multiplicarse por diez. Muchos siguen en el mismo sitio, en aquel lugar ahora reconvertido en un parque temático que conserva, cosas del marketing, el nombre de Hacienda Nápoles. Pero otros ejemplares se escaparon y emigraron para establecer su territorio en Magdalena