Imagina tener una vida relativamente normal y saludable. Con un trabajo, una familia y buena condición física. Así vive un francés de 54 años de edad. Con una salvedad, el señor “x” es todo un misterio para la medicina. Un día descubrió que la mayor parte de su cerebro se había “perdido”. Desde entonces, el estudio de este paciente le ha dado la vuelta a muchas ideas que teníamos. La primera y más importante: repensar lo que es, desde una perspectiva biológica, lo que nos hace conscientes.