Desde hace 500 años la civilización occidental está cada vez más dominada por el hemisferio izquierdo del cerebro. En contraste con el derecho, que se entiende como parte de algo conectado al mundo y al universo, el hemisferio izquierdo se ve aislado, desconectado, enfocado en los detalles y sin poder observar las cosas de forma global. Al hemisferio izquierdo le encanta descuartizar las cosas, deconstruirlas y categorizarlas, verlas como blanco o negro, o esto o aquello, o sí o no… En este ‘atraso’ civilizatorio, la invasión de lo digital y la