Se trata del lugar donde más llueve de España, seguido de Vigo. Caen de media unos 2.200 mm/año, frente a los 1.791 de Vigo. Esa abundancia de lluvias impulsó desde el siglo XV una floreciente industria manufacturera de lana en la localidad, que llegó a tener en su momento álgido más de 9.000 habitantes. Porque aparte de extender los pastos que sirven de alimento al ganado ovino durante la época estival, el agua venía de perlas para lavar las lanas. La gran calidad de los productos resultantes pronto hicieron famosas las mantas de Grazalema.