Aunque la grafología no se considera ciencia, y por tanto sus conclusiones no pueden ser comprobadas de forma fiable, esta técnica afirma que es posible hacer el retrato profundo de una persona analizando su forma de escribir. La manera en la que se escribe, defienden los grafólogos, permite descubrir más de 5.000 rasgos distintos de la personalidad, así como otros datos de interés como pueden ser el diagnóstico y seguimiento de enfermedades. Para ello, se estudia el tamaño de la escritura, la inclinación, la presión y la velocidad...