Las tormentas solares explicarían las condiciones óptimas de habitabilidad en el planeta, en una época en la que nuestro astro no era tan brillante como en la actualidad y, por tanto, no podía calentar de forma óptima al planeta. Usando datos del telescopio Kepler, Vladimir Airapetian calculó que las "nubes" de partículas cargadas interactuaron con compuestos químicos como el nitrógeno molecular, generando a su vez cianuro de hidrógeno (HCN) u óxido nitroso (N2O). En español:
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