La picaresca es algo innato en un elevado número de individuos: el Lazarillo de Tormes es un buen manual de uso y disfrute que muchos siguen poniendo en práctica en su día a día. En el caso de los accidentes de tráfico, el ejemplo por antonomasia de esta singular conducta es el esguince cervical: una lesión relativamente sencilla de sufrir al verse inmerso en un siniestro vial pero también muy fácil de fingir.