Por primera vez, la OMS advirtió que la resistencia bacteriana ya no es una previsión, sino una realidad en el mundo. Las tasas de mortalidad podrían aumentar en un 40 o 60%. La razón: la resistencia actual a los antibióticos. El mundo está próximo a una era postantibióticos en la que las infecciones comunes y lesiones menores que han sido tratables durante decenios volverán a ser potencialmente mortales.