La semana pasada, el Senado de Brasil le dijo si al proceso del impeachment contra Dilma Rousseft. El impeachment era de esperarse después que el PMDB abandonara la coalición de Gobierno[1] (marzo) y luego que la Cámara de Diputados aprobara el proceso de destitución[2] (abril), sin duda la crónica de una muerte anunciada.