Por raro que hoy nos pueda parecer, el puesto de ‘Groom of the Stool‘ (limpiaculos real, le llamaríamos nosotros) fue, durante siglos y desde su instauración en el siglo XVI, uno de los más cotizados de la corte real inglesa. Suerte tenías si te tocaba un rey campechano y comedido, pero si era amante de las comidas abundantes y picantes, el trabajo podía ser un auténtico marrón. Fue Enrique VII, según nos revela la página Historic UK , el primer monarca que sintió la necesidad de que alguien se encargase del mantenimiento y limpieza de su ano