Veleta, chaquetero, falto de personalidad, desnortado, gregario, veleidoso, voluble, antojadizo… ¿Usamos estas palabras porque cambiar de opinión se asocia a un pensamiento débil? Hay una tendencia generalizada entre las personas a aferrarse al primer impulso, a la primera corazonada. El problema es que el mundo no funciona así. En primer lugar, porque el mundo es demasiado complicado. En segundo lugar, porque nosotros somos demasiado imperfectos.