Hacia 1918, la expedición amazónica del británico Normal Caldwell trajo de las selvas brasileñas una curiosa historia: la flor de Nhandabá, un tipo de orquídea utilizada por algunas tribus del Alto Xingú para masturbarse. En su momento la presentación del informe fue casi confidencial por lo delicado del tema, pero los datos parecían demostrar la existencia de una gran planta rastrera cuyas flores tenían un aspecto y funcionalidad casi exactos a los de una vagina humana.