Los datos que aporta la Antropología nos informan de numerosas sociedades que se mantienen al margen del dualismo de género y reconocen a las personas que asumen identidades sexuales fuera del sistema dicotómico hombre/mujer, masculino/femenino. Este sistema de ordenación de la sexualidad supone una ventaja incuestionable sobre el de las sociedades occidentales, porque en la amplia zona de los países civilizados las personas homosexuales, asexuales, transexuales, intersexuales y transgénero no encuentran un espacio habitable en el que convivir.