Su superficie contiene compuestos de azufre, ácidos, magnesio, hierro y cloro. Esta nueva combinación de fragancias, unida a la sensación de lejanía y aislamiento de la Tierra, puede tener un componente psicológico nada desdeñable en los primeros colonos. Así, han advertido que estas situaciones de aislamiento pueden conducir a la depresión, el insomnio, la ansiedad, la fatiga, el aburrimiento y la inestabilidad emocional.