El apoyo a la idea era masivo, desde onubenses de a pie, como entidades, Cámara de Comercio, Autoridad Portuaria y por supuesto el pueblo extremeño y sus administraciones, en definitiva, todas las fuerzas tomaron una posición clara manifestándose de acuerdo con la idea de que Sevilla era el enemigo natural de Huelva y que dado que no existía una tradición regionalista andaluza el porvenir apuntaba claramente, para una mejor defensa de sus intereses y los de Extremadura a una anexión con esta.