El motivo, como explica la neuróloga, es el concepto de “gran cuidadora” que va intrínsecamente ligado a su sexo. Algo que no pasa con los hombres: “El médico, cuando habla en género masculino, no es cuidador”.La Fundación ACE aborda la feminización de la enfermedad desde diferentes ángulos. “Primero, el puramente científico, que es matizar qué diferencias biológicas nos hacen a las mujeres más propensas a una enfermedad o más vulnerables cuando la padecemos; luego está el componente social, emotivo y de representación”.