El movimiento ecologista crece en todo el mundo; el cambio climático se ha colado entre las principales preocupaciones de las instituciones de todo el planeta. Se habla de ahorro y eficiencia energética, de reducción y gestión de residuos, de la protección de determinados espacios naturales... Sin embargo, la producción de animales para servir de comida a los humanos es la mayor contribuyente al cambio climático, al deterioro de la biodiversidad, y, aunque cueste creerlo, a las hambrunas de buena parte de la población humana.