Arqueólogos de dos universidades de Alemania e Israel encontraron por casualidad un monasterio georgiano con un suelo de mosaico que tiene 1.500 años de antigüedad. Su inscripción en griego indica: "Por la gracia de Dios (o Jesús), esta obra fue construida desde sus cimientos bajo Procopio, nuestro más santo y sagrado obispo, en el mes Dios de la tercera indicción, año 292".