Así llamaba Freud a esa maniobra psíquica por la cual logramos a la vez darnos cuenta de algo y afirmar que no es cierto, convencidos de decir verdad. Un buen ejemplo es la actitud de muchos de nosotros ante los indicios cada vez más numerosos de que los ecosistemas no funcionan como antes, de que el clima está cambiando, de que no hay agua potable para todos.