En 1995, charlando en Araracuara (río Caquetá) con el Abuelo José Vicente Suárez, Gente del clan Guamárayï (Gente-de-Pedregal), de la Nación Uitoto, fueron surgiendo los episodios de una larga crónica en que daba razón de por qué siendo los karijonas, los peores enemigos de los uitotos, fueron capaces de hacer la paz y la sellaron con canciones y bailes, ceremonia que aún se mantiene entre los uitotos: el «Baile de Karijona».