Hay que pensar en otra manera de presentar el interés por lo nuestro, más allá de esa perspectiva de turistas deslumbrados. Porque esa imagen ligeramente autoexótica y comercialista, que nos muestra únicamente en cuanto a nuestras cualidades para el baile y la sensualidad, es demasiado antigua, esquemática y encubridora... Me refiero, por supuesto, a los archifamosos y recontrapopulares Bailando, La gozadera y Vivo la vida, que apareció con gran éxito y es el único realmente grabado en Cuba.