Un trío de físicos de la Universidad Nacional Autónoma de México y del Tecnológico de Monterrey ha resuelto un problema óptico de 2.000 años de antigüedad: el problema de Wasserman-Wolf. Hace más de 2.000 años, el científico griego Diocles reconoció un problema con las lentes ópticas: al mirar a través de dispositivos equipados con ellas, los bordes parecían más borrosos que el centro. Artículo (ENG):
www.osapublishing.org/ao/abstract.cfm?uri=ao-57-31-9341