La división sexual del trabajo es, seguramente, la principal causa de la desigualdad de las mujeres y a combatirla lleva el feminismo dedicado mucho tiempo. Es tan profunda que es un pilar de toda cultura. Es lo que hace que las mujeres nos dediquemos a cuidar de manera supuestamente desinteresada. Eso supone que las mujeres pongan el cuidado de otras personas por delante de todo, por supuesto, de su propio bienestar. Decía Rousseau que el altruismo femenino es un pilar socialmente necesario, así pues, según el filósofo, es obligatorio.