En resumen, algunos sectores independentistas vinculados con Estado Catalán, pero también con la participación de sectores de Acción Catalana, Unión Democrática y, incluso, de la propia ERC, pretendían protagonizar un golpe de fuerza, matar a los máximos dirigentes anarquistas, los miembros del gobierno de la Generalitat, incluido el presidente Lluís Companys, y poner al frente del país a Joan Casanovas, presidente del Parlamento, el cual, finalmente, proclamaría la independencia de Cataluña y la situaría fuera del conflicto bélico español.