La ayahuasca, antaño sin valor en el mercado, es hoy objeto de un floreciente negocio global con epicentro en la selva peruana. Producto al alza, especie a la baja. Cosechada hasta su erradicación en los alrededores de Iquitos, se buscan soluciones: intermediarios, plantaciones, procesadores, exportadores… Business must go on.