(...) Por ello, hace unos años, unos investigadores del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, perteneciente al Departamento de Energía estadounidense, solicitaron a las autoridades locales permiso para taladrar uno de esos muelles. Este grupo de científicos, dirigidos por la geofísica Marie Jackson de la Universidad de Utah, pretendía despejar de una vez por todas la siguiente duda: ¿por qué en la Antigua Roma se hacía un hormigón tan condenadamente bueno, y probablemente, mejor que el actual?