"Yo cojo una escopeta y lo mato". En España, país de dualidades, de hermanos enfrentados y de pasiones desatadas, la ira es algo común. Raúl Arévalo ha rodado una película sobre la España negra, con todo su folclore, su pringue y su macabra concepción de la cultura de la muerte, siempre presente en el ambiente, conformando una ópera prima de la que presumirá orgulloso como futuro exponente del género y como una de las mejores obras de un autor novel en nuestro país, quizás desde La Noche de los Girasoles (2006), de Jorge Sánchez-Cabezudo.