Absolutamente todos, en mayor o menor medida, creemos saber qué tipo de piel tenemos. Y muchos se vuelven locos revolviendo góndolas, buscando una crema humectante "para mi tipo de piel", y preguntando "me compré xx crema, pero no es para mi tipo de piel, si la uso, me hará mal?", y muchas otras preguntas descolgadas. Y la realidad es que, posiblemente, tengan concepciones equivocadas en relación a su tipo de piel, a las limitaciones que conlleva, a cómo tratarla, cómo mejorarla, y varios etcéteras.