Hace unas semanas, en pleno centro de Pekín, una decena de personas con chalecos reflectantes zigzagueaba por una transitada avenida de una forma peculiar: agachados unas veces, arrastrándose por las paredes otras, inclinados en ángulos muy forzados o parapetándose detrás de coches y arbustos. ¿Acaso filmaban una secuencia de Misión imposible ?, se preguntaban, curiosos, los transeúntes. ¿O es un nuevo videojuego de esos para cazar bichos por la ciudad? Pues no...