Les dicen mutu kelei, lo que en el dialecto árabe de Yuba significa "morirás y ellas seguirán", zapatillas hechas a partir de neumáticos viejos que se han convertido en una solución económica y tan dura como la vida en Sudán del Sur, pero con un encanto y estilo particulares. En un rincón del mayor y más popular mercado de la capital sursudanesa, Romano Yanga, de 30 años, se afana en dar los últimos toques a un zapato. Está sentado en el suelo, rodeado de neumáticos antiguos y amparado por una pequeña pérgola que le protege del sol.