Algunos destacados historietistas españoles padecieron graves consecuencias fruto de su fidelidad al orden constitucional de 1931. Como recuerda Antonio Martín, «hubo un dibujante republicano muerto tras acabar la guerra: Carlos Gómez Carreras[3] (alias “Bluff”), que fue fusilado en Paterna el 28 de junio de 1940» (Martín, 2022: 34-35). En el mismo proceso sumarísimo también fue condenado a muerte, y ejecutado junto a Bluff, el editor de La Traca, Vicente Miguel Carceller, y a treinta años de reclusión el dibujante José María Carnicero...