Las películas recientes en general, , sobre todo las series de televisión en particular, parecen cortadas por extraños patrones que apelan a que el espectador rebaje su nivel neuronal en aras del pretendido simple pasatiempo sin trascendencia mayor. Al menos las dirigidas al gran público. Pero el giro ideológico que está sufriendo el mundo entero de manos de la derecha bancaria hace que proliferen las series donde, de un modo otro, personas y personajes, se comporten como debe ser y no sorprendan demasiado en sus salidas “de tono”...