Las motivaciones para seguir exhibiendo por décadas a seres humanos, enfatizando las "diferencias" entre los "primitivos" y los "civilizados", en Hamburgo, Copenhagen, Barcelona, Milán, Varsovia y demás, habían pasado a ser otras, estaban vinculadas, argumentan los académicos, a tres fenómenos interrelacionados: la construcción de un Otro imaginario, la teorización de una jerarquía de razas y la construcción de imperios coloniales. A menudo se basaban en el racismo científico y en una versión del darwinismo social