Iglesias, tras anunciar que su partido "luchará en la legalidad mientras pueda y saldrá de ella cuando deba" añadió, "para evitar que Maura suba al poder debe llegarse hasta el atentado personal". El escándalo fue inenarrable. Los diputados conservadores protestaron ruidosamente mientras el presidente del Congreso, Romanones, pedía a Iglesias que retirara las amenazas.