Hay que decirlo y repetirlo hasta que a estos idiotas les zumben los oídos. Frente al anunciado Shakespeare Lives británico, en el que van a participar 140 países con los ingleses echando la casa por la ventana, el ministerio de Cultura español maneja un programa de actividades descoordinado, casposo hasta la náusea, de iniciativas sueltas, metiendo a última hora todo cuanto se le ocurre, por cutre que sea, para engordar el programa desatendido hasta ahora. Porque siempre les ha importado Cervantes un carajo.