Se dice que la obsolescencia programada es una conspiración del lobby empresarial, que lleva años aplicando un plan para que sus productos ya salgan al mercado con una fecha de caducidad con el fin de asegurarse futuras ventas. Es decir, los fabricantes se las estarían ingeniando para que sus productos duren menos de lo que deberían, y así fabricar, vender y ganar más dinero; por tanto, los productos no se estarían diseñando para durar, sino para tener que ser sustituidos al final de una vida útil predeterminada y así asegurarse ventas futuras.