...No, cuando una persona tiene sed, no puede dejar de pensar en el agua, en toda el agua que podrá beberse cuando se ponga el sol. Lo digo por experiencia: durante muchos años guardé el Ramadán, y no recuerdo tener tiempo de hacer una introspección ni ligera ni profunda, porque tanto mis hermanos, mis primos, y vecinos lo único que hacíamos durante el día era dormir, si podíamos, y atormentar a nuestras madres pidiéndole por favor que nos hiciera este plato o aquel otro para el iftar, la primera comida del día después de la puesta del sol...