Explotó y se reivindicó a partes iguales en todo el planeta con el Mundial de Francia como gran amplificador. Ningún momento expresó mejor este terremoto que la final del Mundial, vista por 82 millones de personas a través de la televisión, un 56% más que en la edición de 2015. En el estadio del Lyon, una parte importante de los 60.000 espectadores rompieron a gritar de forma espontánea "Equal pay, equal pay" (igualdad salarial, igualdad salarial). Abajo, en el césped, Estados Unidos acababa de ganar su cuarto título ante Holanda (2-0).