Este trastorno del estado de ánimo, que afecta a alrededor de 5% de la población estadounidense (y a 15% de las mujeres mexicanas, según el Instituto Nacional de Psiquiatría), se caracteriza por sentimientos de tristeza, ira o frustración. A diferencia de una racha ocasional de desdicha, este estado anímico persiste durante semanas o meses, e interfiere con la vida diaria. Puede provocar problemas para dormir o hacer más difícil la concentración, y dar lugar a explosiones de ira o al deseo de evitar la socialización.